El trabajo a distancia (mediado por el internet) ha estado disponible desde hace lustros, pero ha sido a raíz del perfeccionamiento de las cámaras y dispositivos móviles, que se ha vuelto una opción sólida en cuanto el trabajo en equipo y el intercambio de información.
De esa forma, trabajar de forma remota no es ninguna novedad para la mayoría de los estudiantes o profesionales. No obstante, es cierto que en algunos grupos de personas sigue causando recelo en cuanto se piensa que “es mejor vernos y decirlo cara a cara”. En ese sentido, muchas personas siguen prefiriendo trasladarse y reunirse físicamente con su interlocutor para comunicarse. Esto se vuelve especialmente aplicable en el caso de procesos académicos como la redacción de una tesis.
Ante los hechos acontecidos en este 2020, la opción aquí descrita se convirtió en una obligación, más que en una alternativa: se ha alertado a la población de mantener la mayor distancia posible entre personas para evitar la propagación del virus. Antes de pensar en fatalidades y volvernos paranoicos, debemos encauzarnos explotar las potencialidades del trabajo a distancia, el cual se perfila como una forma excepcional para mejorar la eficiencia de nuestras actividades.
El primer consejo, aunque simple parezca, es el acombarnos a la nueva modalidad. Eso no parece muy complicado en términos de que es muy probable que hayamos realizado videollamadas con amigos y familiares desde tiempo atrás. Pero pareciera que cuando se trata asuntos profesionales se generan dificultades que nos impiden la plena comunicación.
Por el anterior motivo es que otro consejo consiste en esclarecer el tiempo y las dinámicas en las que nos vamos a conectar para el trabajo remoto. En el caso de la tesis, debemos establecer horarios específicos para dialogar con el asesor o tutor, así como métodos que permitan trabajar un documento digital.
A este respecto cabe resaltar que tradicionalmente se acostumbraba hacer comentarios de la tesis sobre engargolados los cuales se rayoneaban con la intención de que el estudiante hiciera esas modificaciones. Sin embargo, desde hace tiempo el software de Word permite activar una funcionalidad de control de cambios a través de la cual se cumple la misma función: indicar los cambios que debes aplicar en tu tesis. En ese sentido no hace falta despulsarse para llevar esas copias en papel. Incluso nos ahorramos el esfuerzo de tratar de descifrar las letras (muchas veces muy horribles) de los respectivos tutores.
El consejo más relevante, desde mi punto de vista, es tener la voluntad de adaptarse a las circunstancias. Reitero que el trabajo a distancia es normal y común para algunos, pero representa un desafío para otros. A veces nos resistimos a todo esto argumentado un sin fin de razones, pero en el fondo se trata de que no queremos abandonar ciertas prácticas.
Afortunadamente, con el trascurso del tiempo, la tecnología permitirá tener interacciones cada vez más nítidas y realistas a través del internet. Esto dará un fuerte impulso a la mencionada práctica. Pero mientras tanto, hoy en día contamos con herramientas suficientes para mejorar la comunicación y protegernos al mismo tiempo.
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