Evidentemente hablo de una relación académica y/o profesional la cual es el motivo principal por la que un alumno y un profesor investigador unen esfuerzos para echar a andar juntos un proyecto. Con esta aclaración, te comento los puntos que deberías evitar si no deseas echar a perder el proyecto que te ha confiado tu tutor.
1.- No te comuniques sinceramente con tu asesor
Guárdate todas las dudas y quédate callado ante cualquier problema. Efectivamente se requiere de una retroalimentación completa desde que llegas a presentarte como un nuevo estudiante que desea incursionar en la investigación académica.
Hace falta una gran claridad mental para reconocer las dimensiones del trabajo que estás por emprender. Pregúntate: ¿realmente entiendo los antecedentes de esta línea de investigación? ¿Me apasiona al mismo grado que mi profesor? ¿Estoy dispuesto a asociar mi nombre a tal o cual proyecto? Si hay duda en alguna de estas preguntas es muy probable que algo ande mal por ahí.
No olvides que involucrarte en una investigación no tiene garantía de éxito. Lo único que te asegura que llegarás a buen puerto será la capacidad para tomar decisiones una vez que los contratiempos se presenten.
2.- Confíate, tu asesor debería resolver lo que salga mal en tu investigación.
Esto le parecerá a muchos una obviedad ridícula pero todos hemos constatado, en diferentes medidas, como existen personas que asumen que el asesor es su padre (o madre en el otro caso). Y como es un padre deberá resolvernos la vida cuando nos hallemos en aprietos. Cierto es el tutor nos guardaría mucho cariño y aprecio pero jamás se pondrá a hacer el trabajo por nosotros. Nuevamente menciono que esta tendencia de exceso de confianza parece ser una tendencia en aumento.
No me atrevería a pensar en el rango de edades o generaciones que muestren estos patrones. Lo único que te digo es que tú mismo en privado evalúes si tu actitud está siendo así de inmadura. Si notas momentos en los que no te esfuerzas por resolver retos y recurres a tu asesor como quien va con su papá, pues entonces apréstate y cambia ¡Ahora!
3.- Escribe tu trabajo como Dios te dé a entender, al fin a tu asesor sólo le importan los resultados experimentales.
Esto nos lleva a la clásica historia en la que un brillante alumno que hace su investigación ha descubierto puntos fundamentales a partir de su investigación de campo… Sin embargo, a la hora de escribir su informe preliminar suelta un montón de cosas incoherentes y confusas que le derrumban su anterior logro.
El director de tesis busca que le muestres tus resultados con la máxima claridad. De hecho ni siquiera pretende que exista una redacción perfecta sino que simplemente sea llana y certera. Si escribes como Dios te da a entender corres el riesgo destruir tu avance en la investigación y hasta dañar la relación con tu asesor.
Busca material en línea que te pueda auxiliar para escribir mejor. Inscríbete en un curso o taller de tu facultad o de instituciones externas. El caso es que no permitas que, por la flojera o la desidia, sufras sin necesidad al escribir #LaMalditaTesis.